Palabras
clave: Personajes en la literatura , narrativa, realismo, patriarcalismo.
Introducción
Elaboramos un análisis
hipotético, es decir, construyendo los por qué, de los hechos en la novela,
según inferencias que derivamos de la lectura comparativa entre la crónica
judicial hecha por el jurado y la novela escrita por Sthendal.
Por ello, las
afirmaciones que realizaremos serán el resultado de este proceso de análisis, basado
en recoger información sobre la época, sobre la escuela literaria a la que
pertenece el autor y en algunos
elementos antropológicos, sociológicos y jurídicos que esbozaremos.
We elaborated a hypothetical analysis, which is,
constructing the whys, of the facts in the novel, according to inferences that
we derive from the comparative reading between the judicial chronicle made by
the jury and the novel written by Sthendal.
Therefore, the statements we make will be the result
of this process of analysis, based on collecting information about the time,
about the literary school to which the author belongs and on some
anthropological, sociological and legal elements that we will outline.
Concepción de los protagonistas y personajes más
relevantes:
En la obra se
presentan los personajes humanos y los
hechos históricos y políticos que cada personaje representa, las que
ahora llamamos, instituciones del naciente estado liberal clásico. Para demostrar
cómo, los personajes y protagonistas, dicho
de otro modo, en los dos textos se sugieren hechos, personas y colectividades, tratados,
en sí mismos personajes, personajes contextuales que pudieran tratarse como
personajes principales, puesto que sin ellos, la obra perdería sentido.
En la novela “Rojo y Negro”, la entrada del primer
capítulo, es nada más ni nada menos que la descripción de un proceso histórico
que se lleva adelante en Francia, el debate entre el estado clerical (negro) y
el estado napoleónico(rojo).
En un paseo por una obra pública, uno de los protagonistas, el señor Renal, cuenta a su esposa que ha escogido a Julián Sorel como institutor de sus hijos, sin embargo, lo que se presenta en el trasfondo del texto, son las trasformaciones físicas del paisaje y de la vida de la Francia, representación que aluden a la gestión pública, la del estado, en una época concreta, el bonapartismo, aunque esta escena representa el más determinante cambio de época en la naciente república francesa y sin importar que el señor Renal se desempeña como preceptor, este, escoge un profesor para sus hijos, con formación teológica.
Rojo y Negro, relata unos hechos de aparente “crónica roja”, sin embargo, todo el texto representa, una complejidad sociológica en lo colectivo y en lo individual, se muestra por decirlo el impacto del “parto revolucionario burgués”, sobre un grupo de personas, las contradicciones interiores de los protagonistas, ellos están determinados por este proceso de ruptura que significa el fin de un tiempo y el comienzo de otro.
El argumento se inicia con observaciones sobre las obras públicas, sobre el nacimiento de “lo público”, y termina con un hecho que caracteriza al estado burgués: un juicio y no cualquier juicio, el juicio a un seminarista. Las contradicciones entre el estado feudal, lo negro y el estado burgués, lo rojo.
La caracterización de los personajes, representando protagonistas de época, son por tanto impersonales, apuntan a mostrar su posición en la sociedad Francesa: Los nobles, los funcionarios, las mujeres, los clérigos, las autoridades judiciales, el pueblo llano.
En el juicio encarnado en la crónica judicial, el autor es acusado de falta de escrúpulos, de arribista, tal vez porque en la época y en épocas posteriores, personas como él, solo pueden llegar a donde están de esa manera, porque las barreras entre clase y clase, se constituyen en verdaderas casta. Este arquetipo lo hemos visto en otros escritos, se desarrollo en la literatura de Siglo de Oro español como el típico “don Juan”.
La situación del señor Julián indica que la democracia de la cual han hecho derroche innumerables autores, filósofos e iconoclastas en sus obras, muchos de ellos, compatriotas de Sthendal, únicamente fue posible a fuerza de una lucha de clases, sin contemplaciones, que se refleja en la literatura misma, si la tuviéramos como una versión de la historia de la humanidad: Los miserables, por ejemplo.
El clero es un de los protagonistas colectivos de esta obra, siempre actuando en defensa de su estado, lo que se manifiesta en el proceso, exhaustivo de selección de quienes ingresan a la vida religiosa, la vigilancia constante de las actividades de sus representantes, la lucha por mantener sus propiedades e influencia en el poder político:
“EL
CLERO, LOS BOSQUES, LA LIBERTAD
“La primera ley de todo ser, es su propia
conservación, vivir. Sembráis cicuta y pretendéis ver madurar espigas. (MAQUIAVELO)
“Habló el personaje grave, y habló como quien
entiende perfectamente la materia que trata. Con elocuencia dulce y moderada,
que encantó a Julián, expuso las siguientes grandes verdades:
“1ª Inglaterra no tiene para nosotros una sola
guinea: la economía y Hume se han puesto de moda: los santos tampoco nos proporcionarán dinero, y el señor
Brougham se reirá de nosotros.
“2ª Sin el oro inglés es inútil esperar más de dos
campañas de los reyes de Europa, y dos campañas no bastan para reducir a la
clase media.
“3ª Es necesario formar en Francia un partido
armado, puesto que sin él, el principio monárquico de Europa no se aventurará a
organizar las dos campañas mencionadas.
“-La cuarta verdad que me atrevo a proponer como
evidente, es ésta. Sin el concurso del
clero, es imposible formar en Francia un partido armado.
“«Lo anuncio sin rodeos y con claridad, porque voy a
demostrarlo en el acto, señores. Es preciso concederlo todo al clero, señores,
porque entregado a su misión noche y día, y guiado por hombres de capacidad
excepcional, que viven fuera del alcance de los huracanes y a trescientas
leguas de vuestras fronteras...»
“-¡Roma!- exclamó el dueño de la casa.
“-¡Sí, señor; Roma-
repuso el cardenal, que cardenal era el orador-. ¡Roma! No serán las
cuchufletas, más o menos ingeniosas, que estuvieron en boga cuando usted era
joven, las que me impidan decir muy alto hoy, en 1830, que el clero, guiado por
Roma, es el único que habla al corazón del pueblo.
“Cincuenta mil sacerdotes repiten todos los días las
palabras que sus jefes les indican, y el pueblo, que es el que da los soldados,
hará más caso de la voz de sus pastores que de las alocuciones de los
insignificantes gusanos del mundo.”[1]
Los protagonistas y la protagonista:
El señora Renal: El esposo,
no se si se le pueda considerar como antagonista, es un hombre práctico, pragmático.
Un hombre que razona perfectamente cada acto de su vida, para él, lo más
importante es el estatus. Tanto en el texto de la novela como en el texto de la
crónica judicial, rehúye cualquier
discusión que pueda colocar a su esposa como adultera o pueda dañar la posición de su familia; afirma que su esposa le había comunicado sobre
las insinuaciones inapropiadas hechas por el señor Julián, pero que decidió
simplemente dejarlo ir cuando este, (Julián) manifestó que se marcharía al
seminario.
¿Tal vez las afirmaciones del esposo, fueron hechas por que le interesa su esposa? No. Le interesaba su estatus.
En el texto de la novela, se menciona al amor de la señora Renal por Julián, de hecho una carta de ella, aborta la boda de Julián con Matilde la hija del Marqués de la Mole, razón por la cual Julián decide vengarse e intentar matar a la señora Renal.
Julián Sorel, es un tipo arribista, letrado para su beneficio, cuya imagen de seminarista y físico apropiado, le permiten llegar a los grandes círculos de poder en Francia. Las relaciones que establece tanto con la señora Renal, como con Matilde son en favor de su interés económico y estatus.
Madame Renal (Mme. Michoud
en la crónica Judicial), comparten con
Pretrovia (El Jugador), Madame Bovary
y Anna Karennina, la situación de la
mujer burguesa de la época, pues traen sobre si la carga de la costumbre.
Dice un aforismo legal que las costumbres hacen leyes, para el caso, las más patriarcales que se han heredado de los estados monárquicos en sus respectivas patrias. Prisioneras de su posición social.
No se termina de saber
cual es la verdadera personalidad de cada una de ellas. Las conocemos por la versión masculina de sus historias de vida en palabras de los autores.
Una derivación de esa costumbre se señala en la realidad, su desarrollo jurídico, de manera general en la Declaración de los derechos humanos de la Revolución francesa, dice textualmente: “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano”, no dice, “Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana”, nada se habla de, adolescentes, niños y las niñas.[2]
A este hecho que es ejecución de poder concreto, se suma un posterior feminismo corporativo que en nada aporta a la construcción social de los sueños y la construcción sociológica y antropológica de las mujeres. Feminismo que en mi opinión hace parte de la metáfora feminazi-eugenésica de las corporaciones, contra la humanidad. Anna Karennina, El Jugador, Los Miserables, Rojo y negro y Madame Bovary, son las fotografías más claras de esta metáfora cultural desarrollada posteriormente por la postmodernidad.[3]
Se desarrollará posteriormente, de mano de las épica del pueblo llano, una metáfora alterna sobre las mujeres en la literatura norteamericana, inglesa y rusa, por ejemplo, en “Mujercitas” de Louisa May Alcott, sobre los niños y las niñas, las aventuras de Huckleberry Finn (Adventures of Huckleberry Finn), obra de Mark Twain y en toda la maravillosa obra de Charles Dikens (premonitoria) o algunos de los cuentos de Oscar Wilde, (El Gigante Egoísta, por ejemplo).
También, en una creación poco difundida después de la caída del Muro de Berlín, “La Madre”, de Máximo Gorki, síntesis de la intimidad de la Revolución Bolchevique, antítesis de toda la metáfora de mujer objeto desarrollada por occidente en la postmodernidad. En relatos más cercanos al debate social contemporáneo, por su puesto, García Márquez, toda su obra es una reivindicación de lo que eufemísticamente denomina la globalización, “mujeres reales” o la casi mítica Jane Austen, hablando desde el reconocimiento de la lucha auténtica de las mujeres por su reconocimiento.
Retomando el análisis de las caracterizaciones de personajes, la
hipocresía es propia de este tipo de círculos sociales en la época, en el caso
del señor Julián, necesaria para esconder su condición de jacobino
(ideológicamente republicano) y su odio hacia los ricos, una contradicción
total, pero necesaria en el desenlace de la obra:
Veremos en el siguiente aparte como las
relaciones entre Julián y la familia Renal, son muy complejas, por decirlo
menos, es posible inferir nuestras tesis,
desarrollando análisis de roles, la tensión entre El señor Renal y Julián:
“Estaba enfermo.
“El tono de la respuesta era más que suficiente para
molestar a hombres mucho menos puntillosos que [4]el alcalde de Verrières. Este se enfureció en tales
términos que su primer impulso fue echarle en el acto de su casa. Contúvose,
sin embargo, porque fue siempre máxima de su vida no obrar bajo la acción del
primer arrebato.
“-Ese estúpido- se dijo el alcalde- se ha
conquistado en mi casa una especie de reputación. Si le echo, es muy posible
que le tome Valenod, y, en caso contrario, se decidirá a casarse con Elisa.
Suceda lo uno o lo otro, desde el fondo de su alma podrá reírse de mí.
“Pese a la cordura de estas reflexiones, el
descontento del señor Rênal estalló, al fin, en forma de frases groseras que poco a poco
irritaron a Julián. Con dificultad lograba la señora de Rênal contener las
lágrimas que asomaban a sus ojos. Apenas levantados los manteles, suplicó a
Julián que le diera el brazo para salir a dar un paseo. Apoyóse en él con gran
abandono y procuró desenojar a Julián. Este contestaba a media voz con las palabras
siguientes.
“-¡Así son los ricos!
Dentro
de la construcción del personaje, indudablemente Sthendal logra redondear dos,
el protagonista el señor Renal y el antagonista, Julián, su antagonismo base de
la trama.
“La circunstancia de que el señor Rênal
caminara muy cerca de la pareja, aumentó la cólera de Julián. De pronto echó de
ver éste que la señora de Rênal se apoyaba en su brazo con abandono manifiesto;
el descubrimiento le horrorizó, y sin medir el alcance de su acto, rechazó con
violencia a su señora y retiró su brazo.
Los
derechos de los niños y las niñas, brillan por su ausencia:
“Por fortuna, no vio el señor Rênal esta nueva
impertinencia del preceptor; únicamente la sorprendió la señora Derville. En
aquel momento, el señor Rênal comenzó a perseguir a pedradas a una niña que
había tomado un sendero abusivo que cruzaba un ángulo del jardín. “-¡Por favor,
señor Julián modérese usted!- dijo rápidamente la señora Derville- Tenga en
cuenta que nadie está libre de un acceso de mal humor.
“Julián la miró con ojos que reflejaban el más
soberano desprecio.
“La mirada dejó estupefacta a la señora Derville,
pero habría sido mayor su asombro si hubiese podido adivinar su verdadera
expresión, porque en ella hubiera leído algo así como una esperanza vaga de
tomar venganza atroz. Probablemente los momentos de humillación semejante a la
que sufría Julián son los que han creado a los Robespierres.
Este
estado no es para los pobres, los conflictos que esto genera se ven reflejados
en las relaciones humanas:
“-Tu Julián es violento en exceso... Francamente, me
asusta- dijo en voz baja a su prima.
-Su cólera está más que justificada- replicó la
señora de Rênal. Después de los prodigiosos adelantos que, bajo su dirección,
han hecho mis hijos, paréceme que no tiene importancia el hecho de que les haya
dejado sin lección una mañana... Preciso es convenir que los hombres son muy
duros.
“Por primera vez en su vida, sentía la señora de
Rênal cierto deseo de vengarse de su marido. El odio feroz que animaba a Julián
contra los ricos iba a hacer explosión, y habría estallado a no dudar si el
señor Rênal no hubiese llamado en aquel punto a su jardinero para hacerle
obstruir el sendero abusivo de que hemos hecho mérito, quedándose a su lado mientras
duró la operación. (el subrayado es nuestro)
“Ni una palabra contestó Julián a las atenciones que
a porfía le prodigaron las dos primas durante el resto del paseo. Apenas dejaron atrás al señor Rênal, una y
otra, pretextando una fatiga que no sentían, pidieron al preceptor un brazo en
que apoyarse. El contraste que formaban los rostros conturbados y encendidos de
las mujeres, con el pálido y altanero del preceptor, no podía ser más vivo. Las
despreciaba este último, las detestaba, como despreciaba y detestaba todos los
sentimientos tiernos, de cualquier índole que fuesen. (el subrayado es nuestro)
“-¡Oh!- pensaba el mísero ¡Si tuviese una renta de
quinientos francos para terminar mis estudios...! ¡Con qué placer enviaría a
todos a paseo! (el subrayado es nuestro)
“Entregado a esas ideas, lo poco que se dignaba oír
de las frases delicadas de las dos primas parecía huero, falto de sentido,
estúpido, débil, femenino, en una palabra.
Recreación de las circunstancias en que se sitúan las
historias: el patriarcalismo como contexto sociológico. Diferencias entre el
texto literario y el relato judicial base de la obra.
La primera diferencia
entre el documento judicial y el texto literario, en relación con el desenlace
es que la señora Michoud muere,
mientras que la señora Renal sobrevive al atentado.
¿Cuál sería la
circunstancia que determinó al autor de la novela para hacer que la señora
Renal sobreviviera? Seguramente complicar, hacer más “interesante”, el
desenlace de la novela, distanciarse del hecho real y contribuir en el
mejoramiento del hecho literario.
Sin embargo, no se
como abordar el hecho literario colectivo que
implica, no solo el perfil psicológico de la señora Renal, sino el de Petrovia
en “El Jugador”, Anna Karennina y
Madame Bovary.
Todas son mujeres con
un perfil psicológico parecido, su caracterización puede definirse como sujetos sociales propios de la época. ¿Luchando
a su manera por sus derechos? ¿Afirmándose como mujeres?
Antonio, cree que por
ser amante de la señora Michoud, le pertenece. Que al faltarle a su promesa de
amor eterno, lo que en hechos concretos se traduce en el retiro del apoyo
incondicional, a todos sus emprendimientos, ella debe morir.
En su declaración ante
el jurado, el juez y el Procurador público, éste manifiesta que ella “le ha sido infiel”, es irónico, la
casada infiel. Por el contrario, la narración hecha por los testigos, muestra
que esta no es la circunstancia que lo lleva a matarla, lo lleva a matarla que
ella lo haya abandonado, cuando el más la necesitaba, cuando su situación era
más crítica en relación con su posibilidad de ascenso social.
Y el decorado de la muerte no puede ser más emblemático: muere en la
iglesia, protegiendo a sus hijos. Una mujer que se atreve a desobedecer a un
hombre, así este sea su amante, debía morir, debía ser sacrificada a nombre del
patriarcalismo.
A saber del texto
literario, el final de las mujeres no puede ser más desafortunado: La Señora
Renal, perdona a su amante (se infiere que es su amante porque en un aparte del
texto, en el cual el señor Renal, lo llama “rustiquillo” (a Julián), habla de
matarlos pero, considera que no lo hace por sus hijos:
“«Por dicha, no tengo hijas- monologaba en otros
momentos el señor Rênal-, y de consiguiente, aunque castigue a la madre, no irrogaré
perjuicios a mis hijos. Puedo sorprender a ese rustiquillo con mi mujer, y
matarles bonitamente a los dos, y en este caso, lo trágico de la aventura hará
que nadie se fije en el ridículo con que me cubren.»
“La idea de tomar sangrienta venganza de su mujer le
halagó. La planeó y estudió con detenimiento todos sus detalles. Recordó los
artículos del Código Penal y se dijo que, entre lo previsto en los mismos Y los
amigos que tendría entre los jurados, le salvarían de toda responsabilidad.
Examinó su cuchillo de caza, fuerte y afilado, pero la perspectiva de la sangre
le dio miedo.”[5]
Retomo lo dicho en el
anterior párrafo, la Señora Renal perdona a su amante después del atentado, lo
visita en la cárcel, situación que es imitada por la señora Matilde que además
mueve todas sus influencias para evitar que sea condenado a muerte.
No contento con esto,
el autor de este desastre humano que se cuenta como novela, el señor Julián, les
hace jurar a las dos mujeres que no se van a suicidar por causa de su muerte, Muerte después de la
cual, la señora Renal, muere súbitamente.
¿Quien mató a la
señora Renal? ¿Se suicidó? ¿La asesino su marido? ¿O su marido la obligó
a suicidarse? El clímax de una tragicomedia absurda y patética, no hay
comentario más que agregar.
La señora Matilde por su parte, no habrá tenido
problemas, su padre es el Marqués de La mole, no solo rico, sino poderoso
políticamente, le hubo de ser fácil comprarle un marido, pese a su embarazo
“ilegítimo”.[6]
La comparación de los
posibles desenlaces de la vida y muerte de estas dos mujeres, sirve para subrayar
que existían y existen hoy también, mujeres más iguales que otras, frente a ley me
refiero. Las mujeres que tienen más dinero, educación y relaciones en la
sociedad, tienen más poder que aquellas ubicadas más abajo en la escala social.
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Declaración_de_los_derechos_humanos_y_del_ciudadano. La Revolución francesa, como todas las revoluciones modernas de primera
generación dieron derechos a los hombres, letrados y propietarios.
[3] https://vimeo.com/202521940.
[6] Rojo y
negro en versión digital de www.infotematica.com, páginas: 572 y 573.
Texto que citamos más arriba y que muestra las alianzas políticas del Marqués
con la Iglesia y con Marqueses de Francia y de toda Europa.